Se conoce como deglución a la acción de tragar, es decir, el proceso que se lleva a cabo para que los alimentos pasen de la boca al esófago.
Se trata de un acto reflejo bastante complejo, en el que intervienen, de forma coordinada, diversas estructuras de los sistemas respiratorio, digestivo y neurológico, entre otros.
Este proceso es diferente en niños y en adultos, ya que cambia conforme se desarrolla el bebé. Por este motivo, si el niño no corrige la forma de posicionar adecuadamente las estructuras orales, estaremos ante un caso de deglución atípica.
¿Qué es la deglución atípica?
La deglución atípica o deglución infantil es un trastorno que impide tragar correctamente, debido al mal posicionamiento de la lengua al ingerir el alimento.
Debe su nombre a la forma de tragar que tienen los niños antes de que erupcionen los dientes de leche, ya que, al masticar, tienden a empujar la lengua contra las piezas dentales, en lugar de hacerlo contra el paladar.
Una vez que aparecen los primeros dientes de leche, estos comienzan a crear una especie de barrera para que la lengua se coloque correctamente en la cavidad oral. De este modo, se consigue el sellado labial y, por tanto, una masticación adecuada.
La deglución atípica es uno de los hábitos más comunes en los niños, llegando a ser también persistentes en edad adulta si no se corrige a tiempo. Esta afecta a las estructuras orofaciales, es decir, a la mandíbula, el paladar, los dientes, las encías, los labios y la lengua.
Cuando alguno de estos elementos realiza un mal movimiento a la hora de tragar puede causar problemas dentales, trastornos del habla e, incluso, dificultades respiratorias y digestivas.
¿Cuáles son las causas de la deglución atípica?
La deglución atípica se debe a diversas causas como alteraciones en el desarrollo de las estructuras orofaciales y malos hábitos dentales, entre otras.
En cuanto a las alteraciones orgánicas:
- Hipotonía: una disminución del tono muscular, donde todos los músculos que participan en el proceso de masticación se ven afectados.
- Anquiloglosia: dificultad para mover la lengua, debido a que el frenillo lingual es demasiado corto.
- Malformación de los huesos maxilares: lo cual provoca problemas de mordida.
- Factores genéticos: pueden influir en la morfología de las vías respiratorias o del paladar.
- Macroglosia: conocido también como lengua ancha o lengua engrosada, ya que, al tener un tamaño más grande de lo normal, dificulta la masticación y limita su movilidad.
- Problemas otorrinolaringológicos: episodios frecuentes de amigdalitis, rinitis alérgica, hipertrofia adenoidea o de las amígdalas, entre otras.
Entre los malos hábitos adquiridos:
- Uso del biberón o del chupete a partir de los dieciocho meses, más de lo recomendado.
- Succión digital prolongada: la costumbre de chuparse el dedo.
- Respiración bucal en vez de nasal: puede causar problemas en el paladar, la mandíbula, la lengua, los dientes y la garganta.
- El abuso de papillas más allá de la edad recomendada: lo cual afecta al correcto desarrollo de los huesos y músculos y problemas de masticación.
- Onicofagia: la manía de morderse las uñas.
- Succión de mejillas, lingual y labial.
Síntomas de la deglución atípica
Los principales síntomas de la deglución atípica son:
- Ausencia de sellado labial: el labio inferior tiende a colocarse detrás de los dientes de la arcada superior.
- La lengua descansa entre los dientes de ambas arcadas, en vez de hacerlo en el paladar.
- Realizan constantemente ruidos al masticar y tragar.
- Maxilar inferior o superior retrasado o avanzado.
- Predomina la respiración bucal.
- Los dientes de la arcada superior e inferior no entran en contacto.
- Acumulación de restos de alimentos en la boca.
- Mordida abierta: se produce un cambio anatómico de la posición de los dientes.
- Movimientos excesivos: es bastante común que alcen la cabeza con cierta frecuencia y contraigan los labios y el mentón al tragar, compensando, así, la falta de fuerza lingual.
- Problemas de masticación: los alimentos son triturados débilmente o solo por un lado, lo que produce que el bolo alimenticio no se forme de la manera adecuada.
- Dificultad al pronunciar los fonemas /t/, /d/, /l/, /n/, /r/.
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Consecuencias de la deglución atípica
Son diversas las consecuencias de la deglución atípica, ya que influye tanto en el proceso de digestión como en la salud bucodental.
Entre las cuales encontramos:
- Mordida abierta: uno de los problemas de maloclusión más comunes, la cual se debe a la falta de contacto entre los dientes anteriores de la arcada inferior y superior.
- Aparición de diastemas (espacio entre dientes).
- Trastornos del habla: la incorrecta posición lingual puede causar dificultades en la pronunciación de ciertos fonemas como /d/, /t/ o /r/.
- Protrusión dental: también conocido como dientes salidos o “dientes de conejo”, un problema de maloclusión provocado por el mal posicionamiento de la lengua, que empuja a los dientes superiores hacia afuera, causando, así, una sobremordida.
- Mal crecimiento del paladar: la mandíbula y el maxilar superior no se desarrollan de forma adecuada, al igual que las arcadas, lo cual ocasiona apiñamiento y paladar estrecho.
- Prognatismo mandibular: también conocido como mordida invertida, debido al desarrollo excesivo de la mandíbula inferior, inclinándose los incisivos inferiores hacia adelante e impidiendo que la lengua empuje correctamente al tragar.
- Babeo constante: tanto despierto como dormido.
¿Cómo tratar la deglución atípica?
En caso de padecer deglución atípica, primero habría que realizar un diagnóstico minucioso y exhaustivo del paciente y, a continuación, evaluar las posibles alteraciones del sistema orofacial y sus causas.
Una vez estudiado, es importante que se lleve a cabo un tratamiento multidisciplinar, en el que participen tanto el ortodoncista como el logopeda.
La actuación conjunta de ambos garantizará un buen resultado y reducirá el tiempo de tratamiento.
La labor del ortodoncista se basa en recuperar la funcionalidad de la mandíbula, siendo su principal objetivo evitar complicaciones relacionadas con el desarrollo de los maxilares y otros problemas de oclusión.
Si el tratamiento se realiza en edad temprana, se lleva a cabo mediante una ortodoncia interceptiva para corregir todos aquellos problemas de origen esquelético.
En cuanto al logopeda, se centra en la forma de tragar para corregirla y en la pronunciación y fonación de las palabras correctamente.
Este se encargará de realizar una terapia miofuncional (TMF): una serie de ejercicios para crear nuevos patrones para la articulación de palabras y patrones musculares en la deglución, corregir el desequilibrio muscular orofacial y evitar los malos hábitos.
No obstante, también se pueden dar algunos casos en los que sea necesaria la cirugía. Esta se realizará cuando haya alguna alteración anatómica que dificulte la correcta posición de la lengua y, por tanto, su función.
Lo más común suele ser una hipertrofia adenoidea o de las amígdalas y un frenillo lingual corto, lo cual requiere de un tratamiento quirúrgico.
En conclusión, un diagnóstico temprano de la deglución atípica es clave para evitar numerosos problemas de oclusión, alimenticios y de desarrollo maxilar.