El disyuntor es un tratamiento de ortodoncia interceptiva que permite corregir maloclusines dentales en edades tempranas.
El principal objetivo de la ortodoncia interceptiva es guiar el crecimiento de los huesos maxilares (la mandíbula y el maxilar) y evitar problemas más graves en edad adulta.
En el siguiente artículo, hablaremos de uno de los expansores de maxilar más usados durante la infancia, el disyuntor McNamara. Explicaremos cómo funciona y cuáles son sus principales características.
¿Qué es el disyuntor McNamara?
El disyuntor McNamara es un aparato ortodóncico que permite ampliar el paladar de aquellos niños que presentan un paladar ojival o estrecho, es decir, cuando el maxilar superior es más estrecho que la mandíbula o existe mordida cruzada de factor óseo.
El disyuntor McNamara es un aparato fijo que consta de dos placas de acrílico que se sujetan sobre los molares superiores íntimamente adaptado de tal manera que queda hermética. Estas placas van unidas por una estructura metálica que contiene un tornillo de expansión, el cual se encuentra en el centro del paladar.
Este tornillo se activa con una llave especial que ejerce presión sobre las dos hemiarcadas del paladar, provocando, así, que los huesos de la sutura palatino se separen, creando, a su vez, un nuevo tejido óseo.
Este expansor debe su nombre al Dr. James McNamara, considerado como un gran innovador en el campo de la ortodoncia, que centró sus investigaciones en la modificación clínica de los huesos durante el crecimiento facial.
¿Cómo funciona el tratamiento con disyuntor McNamara?
El tratamiento con el disyuntor McNamara consta de varias fases, entre ellas:
- Estudio de ortodoncia: antes de colocar el aparato, el ortodoncista lleva a cabo un estudio detallado del niño, donde toma una serie de fotografías e impresiones de la boca, con radiografías y exploración clínica incluidas.
- Fabricación del disyuntor: una vez realizado el estudio, se envían los registros al laboratorio para confeccionar el disyuntor a medida y medir la discrepancia superior e inferior para calcular las vueltas necesarias del aparato.
- Fase activa del tratamiento: unos días después, el niño acude a la clínica y se le coloca el disyuntor McNamara. Durante esta visita el ortodoncista explicará a los padres cómo activar el tornillo del aparato, mediante una llave especial, para poder conseguir los resultados deseados.
- Revisiones periódicas: a lo largo del tratamiento, se pautarán una serie de revisiones periódicas para ver cómo evoluciona y comprobar su efectividad.
- Fase de retención: una vez se han logrado los resultados esperados, se deja de aplicar presión sobre el paladar y se mantiene el disyuntor durante un tiempo para que los huesos maxilares puedan adaptarse a la nueva posición y se regenere esa sutura palatina de material óseo, de tal manera que no recidive.
- Retirada del disyuntor McNamara: una vez que se ha logrado la expansión del paladar, el ortodoncista retirará el disyuntor.
¿Cuánto tiempo hay que usar el disyuntor McNamara?
La duración del tratamiento con el disyuntor McNamara depende de las necesidades de cada paciente. No obstante, podemos dividir este periodo en dos fases:
- Fase activa: se produce cuando se lleva a cabo la activación del tornillo y dura entre 20 y 28 días, según las indicaciones del ortodoncista.
- Fase de retención: una vez desactivado el tornillo, se mantiene el disyuntor en la boca entre unos cinco y seis meses, en función de cada niño.
Una vez finalizado el tratamiento con el disyuntor McNamara, en algunos pacientes suele ser necesario dejar un periodo de descanso para poder iniciar otro tratamiento ortodóncico.
En este caso, se trata de un tratamiento de ortodoncia correctiva como pueden ser los brackets o la ortodoncia invisible, siempre bajo la recomendación de un profesional.
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¿En qué casos se recomienda el uso del disyuntor McNamara?
Se recomienda el uso del disyuntor McNamara en niños que se encuentran en edad de crecimiento, entre los seis y nueve años, cuando la sutura palatina aún no está cerrada por completo y, por tanto, resulta más sencillo el tratamiento.
Entre los problemas más comunes que suele solucionar el disyuntor McNamara se encuentran:
- Paladar estrecho u ojival: sucede cuando el maxilar superior es más estrecho que la mandíbula, lo que provoca que el paladar adquiera una forma mucho más curva y estrecha de lo normal.
- Mordida cruzada: es una de las consecuencias de tener un paladar estrecho, ya que, al morder, los dientes de la arcada superior quedan por dentro de los de la arcada inferior.
- Apiñamiento dental: en ocasiones, esta alteración ortodóncica se debe a la falta de espacio entre los huesos maxilares, por lo que puede requerir del uso del disyuntor McNamara para poder conseguir, así, el espacio necesario para la correcta alineación de los dientes de recambio.
- Dificultades respiratorias, apnea y ronquidos: otra de las consecuencias de tener un paladar estrecho son las molestias nasales y respiratorias. Esto dificulta el paso del aire a través de las fosas nasales, causando, así, problemas para respirar, ya que las vías respiratorias se colapsan parcial o completamente e interrumpen la respiración. Un paladar estrecho también puede ocasionar ronquidos, debido a que el flujo de aire se ve obstaculizado y, por tanto, los tejidos de la garganta vibran al respirar y generan el sonido característico de los ronquidos.
No obstante, el uso de este tipo de aparato ortodóncico debe ser recomendado por un profesional. Por eso, es importante acudir a la primera revisión del ortodoncista a los seis años y poder tratar, así, cualquier problema bucodental a tiempo, evitando otros más graves en el futuro.
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