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El traumatismo dental en niños se ha convertido en la segunda causa más frecuente por la que los padres acuden al dentista, seguida de la caries. 

Este tipo de lesiones son muy comunes durante la infancia y la adolescencia, sobre todo entre el año y los dos años, cuando los niños empiezan a andar y, también, a partir de los seis o siete años, cuando comienzan a realizar algún tipo de deporte.

Es importante estudiar cada caso y llevar a cabo un diagnóstico completo, ya que el tratamiento dependerá del periodo de dentición en el que se encuentre el niño, de su colaboración y de la rapidez de actuación. 

El tratamiento puede ser muy distinto dependiendo de si el paciente está en un periodo de dentición permanente (dientes definitivos) o temporal (dientes de leche).

¿Qué es un traumatismo dental?

Un traumatismo dental es una lesión que afecta a diversas partes del tejido dental o la parte blanda de la boca, como consecuencia de una caída o un golpe en el diente.

Estos traumatismos pueden repercutir de manera distinta en diferentes zonas del tejido dental, ya sea dañando el esmalte, la dentina, la pulpa dental o llegando, incluso, a causar una fractura del hueso maxilar.

Tipos de traumatismos dentales

Se puede llevar a cabo una clasificación de los traumatismos dentales, en función de dónde se localice la lesión, diferenciando, así, entre lesiones de tejidos periodontales y lesiones de tejidos duros dentales. 

Entre los traumatismos en el tejido periodontal destacan:

  • Contusión: la pieza dental no presenta movilidad, sangrado ni desplazamiento. Solo se ven afectadas las estructuras que ofrecen soporte al diente (mínima afectación). Al percutir el diente (golpear con el mango de un espejo) el paciente siente dolor. 
  • Subluxación: el diente muestra cierta movilidad, pero no desplazamiento y, en ocasiones, se aprecia sangrado. Esta lesión afecta a los tejidos que dan soporte a la pieza dental (rotura de un mayor número de fibras periodontales).
  • Luxación lateral: el diente no presenta movilidad, pero se ha producido un desplazamiento lateral, quedando, así, dentro del alveolo.
  • Luxación extrusiva o extrusión: el diente se mueve parcialmente en dirección incisal (hacia fuera del alveolo) y el ligamento periodontal se elonga, pudiendo provocar una hemorragia.
  • Luxación intrusiva o intrusión: se produce un desplazamiento de la pieza dental en dirección apical (hacia la parte final de la raíz del diente), quedando dentro del alveolo como si no hubiera terminado de erupcionar.
  • Avulsión: El diente sale completamente fuera del alveolo. Se trata de la situación de mayor urgencia en odontopediatría y la que requiere una atención lo más rápida posible. 

En cuanto a los traumatismos en dientes:

  • Fractura del esmalte: es un tipo de lesión que causa una fisura en el esmalte (capa externa del diente) o pérdida de algún fragmento, sin llegar al límite amelodentinario (la unión del esmalte y la dentina). 
  • Fractura de esmalte y dentina: es una lesión de mayor profundidad que llega hasta la capa de dentina pudiendo afectar a la pulpa (lesión complicada) o no (lesión no complicada).
  • Fractura radicular: puede ser oblicua u horizontal, aunque también vertical. Este tipo de traumatismo afecta a la dentina (tejido duro del diente), al cemento dental (tejido mineralizado) y a la pulpa (tejido blando situado en el interior del diente que contiene los vasos sanguíneos y el nervio).
  • Fractura corono-radicular: es una lesión que comienza en la corona y avanza hasta la raíz pudiendo implicar o no a la pulpa (lesión complicada/ no complicada)
  • Fractura alveolar: se produce una fisura en el proceso alveolar (hueso sobre el que erupcionan los dientes).

Traumatismo dental en dentición temporal

Normalmente, los dientes de leche suelen ser más pequeños que los definitivos. Esto hace que, cuando el niño recibe un golpe, la fuerza del impacto tienda a ser absorbida por la encía y el hueso, provocando, así, una luxación dental dentro de la arcada. 

Este tipo de luxaciones suele originarse por la fractura del hueso alveolar, que protege la raíz del diente, causando un desplazamiento vertical, horizontal, interno o externo de la pieza dental. 

En caso de que el diente quede oculto en el hueso, si verificamos radiográficamente que su posición es favorable con respecto al germen del diente definitivo, habrá que esperar a que vuelva a erupcionar de forma natural, a pesar de que no lo hará en su posición original a consecuencia del traumatismo.

Con el paso del tiempo, el diente puede volverse de un color más oscuro. Se trata de un mecanismo de defensa para proteger la pulpa dental.  Aunque, a veces, puede encubrir algún tipo de afectación pulpar y acabar derivando en una infección.

Por ello, es importante que un profesional valore la situación y lleve a cabo el tratamiento adecuado, ya que, en ciertas ocasiones, la pulpa dental (nervio dental) puede estar afectado. De ser así, habría que realizar una pulpotomía (extracción parcial de la pulpa) o pulpectomía (eliminación total de la pulpa), según el daño causado. En algunos casos, puede ser necesaria la extracción del diente afectado. 

Cuando un diente temporal sale completamente de su alveolo (avulsión dental) el diente no debe ser reimplantado, ya que existe un riesgo elevado de lesión del germen del diente permanente (diente definitivo que tiene que erupcionar). 

Traumatismo dental en dentición permanente

Cuando el traumatismo dental se produce en los dientes definitivos, el tratamiento a realizar depende del grado de desarrollo de la raíz dental (el cual se puede determinar a través de una radiografía periapical). 

Es decir, en qué fase se encuentre: desde que el diente comienza a formarse en la corona hasta que termina el crecimiento de la raíz, llegando incluso a estar ya la pieza posicionada en la arcada. 

Los traumatismos dentales en la dentición permanente más comunes son las luxaciones o desplazamientos, respecto a su posición original. Aunque también es bastante probable que, en ocasiones, se produzca una rotura o fractura de la pieza dental.

Esta fractura puede ser total o parcial y, en caso de sufrirla, es importante determinar a qué tejidos ha afectado (pulpa, dentina o esmalte), la extensión de la línea de fractura y si la raíz ha sido dañada.

No obstante, de vez en cuando, también se producen lesiones combinadas, es decir, que perjudican tanto a la corona como a la raíz del diente, llegando incluso a verse afectada la vitalidad de la pieza dental.

¿Qué hacer ante un traumatismo dental en niños?

Cuando el niño sufre algún tipo de traumatismo dental, debemos mantener la calma, tranquilizarle a él también y, a continuación:

  1. Revisar las partes blandas de la boca: las mejillas, los labios, la lengua, las encías y el paladar.
  2. Examinar todas las piezas dentales y comprobar que no haya ningún tipo de herida, anomalía, malformación o fractura.
  3. Palpar cada diente, en la medida de lo posible, y mirar si hubiera alguna pieza con movilidad.

Debemos tener en cuenta que, a pesar de no haber signos visibles, es posible que se haya producido algún tipo de trauma. Pueden haber surgido ciertas complicaciones como una lesión en la nariz o en el labio, inflamación, hinchazón o infección, entre otras. 

Por eso, se recomienda acudir al odontopediatra lo antes posible para que lleve a cabo un reconocimiento y valore el estado del paciente.

Tratamiento para un traumatismo dental

El tratamiento para un traumatismo dental dependerá de la gravedad del daño causado y el tipo de dentición.

Si el trauma ocurre durante la dentición temporal, es igual de importante realizar el tratamiento adecuado, ya que, de no hacerlo, afectará en un futuro a los dientes definitivos.

A continuación, detallaremos brevemente los procedimientos necesarios según el tipo de traumatismo:

  • Contusión: normalmente no requiere ningún tipo de tratamiento, puesto que los síntomas suelen desaparecer a los pocos días. Para conseguir una mejor recuperación se recomienda dieta blanda durante una semana y una buena higiene bucodental.
  • Avulsión: en la dentición permanente se reimplanta el diente, se coloca una férula durante dos semanas, seguido de una dieta blanda y, en ocasiones, se lleva a cabo una endodoncia. En cambio, en los dientes de leche no se recomienda realizar el reimplante.
  • Subluxación: se aconseja el uso de una férula flexible durante catorce días para fijar el diente, dieta blanda y la monitorización de la pieza dental, una vez concluida la estabilización de la misma.
  • Intrusión o luxación intrusiva: en los dientes definitivos son varios los tratamientos posibles, entre ellos se encuentran la endodoncia, la erupción espontánea y volver a colocar la pieza en su posición de origen mediante ortodoncia o cirugía. En caso de que se produzca en la dentición temporal, es preferible esperar a la erupción definitiva del diente
  • Extrusión o luxación extrusiva: se vuelve a colocar la pieza dental en su posición inicial, se estabiliza mediante una férula durante catorce días y es necesario monitorizar la vitalidad del diente para evitar que se produzca una reabsorción radicular (pérdida de tejido).
  • Luxación lateral: hay que volver a colocar el diente, seguir una dieta blanda, el uso de una férula durante catorce días y llevar un control evolutivo.
  • Fractura del esmalte: hay que fijar los fragmentos con una férula y, en función de la gravedad de la rotura, puede ser necesario quitar el nervio dental.

Conclusiones

El traumatismo dental es bastante habitual en los primeros años de vida, normalmente como consecuencia de un golpe o una caída. 

Aunque sus causas son diversas, muchas de estas lesiones se producen sobre la dentición temporal, sin apenas repercusiones importantes en los dientes definitivos. No obstante, en ocasiones, también se pueden ver afectados la encía y los dientes permanentes. 

Cabe destacar que algunas de las consecuencias más comunes de estos traumatismos son: una posible fractura (pieza dental rota), una subluxación (el diente presenta cierta movilidad), una luxación (desplazamiento del diente) y una avulsión (la pieza queda completamente fuera de su posición original). 

Por ello, es importante acudir cuanto antes a un profesional, ya que, a pesar de no tener ninguna lesión aparente, será necesario realizar un diagnóstico y valorar el resultado y tratamiento correspondientes.

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