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Existen diversos casos de maloclusión derivados de problemas en el desarrollo óseo, es decir, maxilar y mandíbula. Uno de los aparatos que corrigen este tipo de maloclusiones es la máscara facial de ortodoncia.

Por eso, en el siguiente artículo hablaremos sobre el uso de la máscara facial de ortodoncia, cómo funciona y qué patologías bucodentales puede corregir.

¿Qué es la máscara facial de ortodoncia?

La máscara facial, también conocida como máscara extraoral, es un tipo de aparato ortodóncico que se utiliza para corregir problemas relacionados con el desarrollo de los huesos maxilares (maxilar superior y mandíbula) durante la etapa de crecimiento de los niños.

La máscara facial de ortodoncia ejerce una fuerza controlada y direccionada sobre los huesos maxilares y dientes que permite corregir problemas de maloclusión, estimulando, así, el crecimiento óseo del maxilar superior hacia adelante.

Su diseño consta de una estructura metálica con unas almohadillas sobre las que se apoyan la frente y barbilla, ofreciendo, así, mayor comodidad. Esta estructura va unida a unos arcos laterales que van conectados a unas gomas elásticas, las cuales se fijan a la ortodoncia intraoral del niño.

Máscara facial

¿Cuándo se usa la máscara facial de ortodoncia?

La máscara extraoral se utiliza en edades tempranas, alrededor de los 8-10 años aproximadamente, cuando los huesos aún están en la etapa de crecimiento para evitar, así, problemas más graves en el futuro (mordida cruzada, maloclusión clase III o la necesidad de cirugía ortognática para corregir malformaciones de huesos faciales).

La máscara facial de ortodoncia se suele usar en casos concretos de maloclusión, sobre todo cuando, están relacionados con la posición del maxilar respecto a la mandíbula.

Entre los casos más comunes encontramos:

  • Prognatismo mandibular: ocurre si la mandíbula se encuentra en una posición más adelantada que el maxilar y los dientes de la arcada inferior sobresalen por delante de los dientes superiores generando una mordida invertida, como es el caso de la maloclusión de clase III.
  • Mordida cruzada: este tipo de maloclusión se caracteriza por la diferencia de tamaño entre el maxilar superior y la mandíbula, generando una compresión lo cual altera, a su vez, el alineamiento dental.

Por eso, se recomienda acudir por primera vez al ortodoncista a los seis años para poder detectar, así, cualquier alteración que afecte al crecimiento de los huesos maxilares.

¿Qué función tiene la máscara facial?

Entre las funciones más comunes de la máscara extraoral destacan:

  • Estimular el crecimiento del maxilar superior: gracias a la fuerza controlada que aplica sobre el maxilar superior, se consigue remodelar las suturas craneales y estimular la formación ósea. Esto permite que el maxilar superior se vaya desplazando hacia adelante sin afectar a la posición del resto de huesos faciales.
  • Variar el ángulo de la fuerza que ejerce sobre el maxilar superior: esto depende de la altura de la cara y de la relación entre los dientes inferiores y superiores. Es decir, si el paciente tiene la cara larga y los dientes superiores se superponen a los inferiores, se emplea una tracción horizontal. En cambio, si tiene una cara corta y los dientes de la arcada superior apenas cubren a los inferiores, la tracción es vertical. De este modo, se consigue un equilibrio entre el crecimiento vertical y horizontal del maxilar superior.
  • Aumentar el perímetro de la arcada: la máscara facial se combina con el uso de un disyuntor dental, el cual ejerce presión sobre el hueso maxilar ensanchando el paladar y separa por la mitad la sutura palatina al ir activándolo. Gracias a ello, el maxilar superior se ensancha y, a su vez, aumenta el perímetro de la arcada, es decir, el espacio donde se alojan los dientes.
  • Mejorar el perfil facial: la máscara extraoral permite corregir la protrusión mandibular (la mandíbula queda por delante) y retrusión maxilar (el maxilar superior está posicionado hacia atrás respecto a la mandíbula), logrando, así, una armonía facial y una mordida funcional.

¿Cuáles son las fases del tratamiento?

Normalmente el tratamiento de máscara facial de ortodoncia sigue un proceso estructurado, por lo que podríamos dividirlo en las siguientes fases:

  • Evaluación y diagnóstico: el ortodoncista lleva a cabo un estudio exhaustivo del paciente para evaluar el tipo de maloclusión y determinar si el uso de la máscara facial de ortodoncia es el tratamiento adecuado.
  • Planificación del tratamiento: una vez que el ortodoncista ha considerado apropiado el tratamiento, define los objetivos y selecciona el tipo de máscara facial más adecuada para el caso.
  • Colocación de la máscara facial de ortodoncia: el ortodoncista toma una serie de moldes o impresiones digitales de la boca del paciente para personalizar la máscara. Una vez diseñada a medida, la máscara se adapta al niño y se ajusta para su mayor comodidad. Normalmente, el niño suele llevar un disyuntor intraoral para poder expandir el paladar, conocido también como la fase de expansión.
  • Protracción: durante esta etapa, gracias a la fuerza ejercida por la máscara, el ortodoncista se encarga de verificar el correcto desarrollo óseo del paciente, estimulando, a su vez, el crecimiento del maxilar superior hacia una posición más adelantada.
  • Retención: una vez conseguida la corrección de la maloclusión y la alineación de los maxilares, comienzan a utilizarse aparatos de retención para mantener, así, los resultados obtenidos. Esta fase es crucial para evitar recidivas y poder garantizar los resultados del tratamiento. Este tipo de aparatos pueden ser removibles o fijos, cuya finalidad es asegurar la correcta posición de los huesos maxilares y los dientes.

¿Durante cuánto tiempo se usa?

El tiempo que se debe usar la máscara facial de ortodoncia depende de diversos factores como la edad del paciente o la gravedad de la maloclusión, entre otros.

Este tipo de máscara se suele utilizar diariamente cuando el niño está en casa, sobre todo, durante las horas de sueño. Su uso suele estar recomendado, al menos, 10 horas al día, aunque dependerá de las necesidades de cada paciente y variará según las recomendaciones del ortodoncista.

Por eso, si tu hijo tiene una maloclusión de clase III o necesita una máscara facial, acércate a tu clínica Moonz más cercana, donde la primera visita es gratuita, y uno de nuestros odontólogos se encargará de realizarle una revisión bucodental. De este modo, podremos detectar a tiempo cualquier problema dental.

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