La frenectomía es una de las principales intervenciones quirúrgicas que se realizan a lo largo de la infancia. En general, es una intervención relativamente sencilla, con un postoperatorio cómodo y que permite mejorar de manera sustancial la calidad de vida de los niños que se someten a ella.
¿Qué son los frenillos bucales?
Los frenillos bucales son unos pequeños tejidos fibrosos que se encuentran en la boca y conectan una parte fija con otra móvil. Su función principal es limitar el movimiento excesivo de las partes móviles de la boca, como el labio superior, el labio inferior y la lengua.
En concreto, las personas contamos con tres tipos de frenillos bucales:
- Frenillo labial superior: conecta el labio superior con las encías. Se sitúa justo encima de los dientes frontales superiores.
- Frenillo labial inferior: une el labio inferior con las encías. Se encuentra justo debajo de los dientes frontales inferiores.
- Frenillo lingual: conecta la parte inferior de la lengua con el suelo de la boca.
En la mayoría de las ocasiones, los frenillos bucales no causan problemas y pasan inadvertidos. Sin embargo, cuando no se desarrollan correctamente pueden dar lugar a ciertos inconvenientes a la hora de comer o hablar. En estos casos, puede ser necesario recurrir a una frenectomía.
¿Qué es una frenectomía?
La frenectomía, también conocida como cirugía de frenillos, es una intervención quirúrgica que sirve para corregir anomalías en el desarrollo de los frenillos, tanto labiales como lingual. Este procedimiento, que normalmente se realiza en niños, consiste en extirpar un frenillo que provoca problemas para la salud, funcionalidad y estética de la boca.
La frenectomía, realizada en edades tempranas, permite mejorar la alimentación, la fonación y el aspecto de la boca. Eso sí, en algunos casos resulta necesario recurrir, una vez realizada la frenectomía, a un logopeda para mejorar el habla y la movilidad lingual.
¿En qué casos se realiza una frenectomía?
A continuación, vamos a resumirte en qué casos suele ser recomendable realizar una frenectomía.
Frenectomía del frenillo labial
Normalmente, la frenectomía del frenillo labial se realiza cuando el niño presenta un frenillo labial más corto o grueso de lo habitual. La razón es que esto puede tener diversas consecuencias negativas:
- Separaciones en los dientes incisivos superiores (diastemas). Un frenillo labial excesivamente grande puede abrir un espacio interdental demasiado acusado, que empeore la oclusión y la estética de la sonrisa.
- Dificultades para pronunciar determinados sonidos. Un frenillo labial corto dificulta la movilidad del mismo, lo que puede derivar en problemas para hablar y pronunciar ciertos sonidos.
- Mayor predisposición a padecer enfermedades bucodentales relacionadas con la falta de higiene. Un frenillo labial demasiado desarrollado puede dificultar el acceso del cepillo de dientes, lo que aumenta el riesgo de sufrir caries y enfermedades periodontales (gingivitis y periodontitis).
Frenectomía del frenillo lingual
Normalmente, la frenectomía del frenillo lingual se realiza cuando el niño presenta un frenillo lingual más corto de lo habitual. Esta condición, conocida con el nombre de anquiloglosia, puede provocar distintas consecuencias negativas:
- Dificultades para pronunciar determinados sonidos. Un frenillo lingual corto puede limitar la movilidad de la lengua. Esto se hace especialmente patente al emitir sonidos que requieren colocar la lengua en la parte trasera de las piezas dentales superiores.
- Problemas de succión, lo que es especialmente conflictivo durante la etapa de lactancia materna.
¿Cómo se hace una frenectomía?
Para realizar una frenectomía, en primer lugar es necesario estudiar el frenillo que presenta el paciente. De esa manera, se puede planificar la técnica quirúrgica más adecuada.
A continuación, el profesional seguirá una serie de pasos en función de qué tipo de frenillo sea necesario corregir:
- En el caso de estar ante un frenillo labial, el cirujano realizará una pequeña incisión para corregir la posición del frenillo.
- En el caso de estar ante un frenillo lingual, se realizará una pequeña incisión en el mismo para liberarlo del suelo de la boca.
La frenectomía es una cirugía mínimamente invasiva, que dura unos 30 minutos y que se lleva a cabo bajo anestesia local. Además, suele tener un postoperatorio sencillo. En algunos casos, especialmente en niños que presentan miedo o nervios, se puede considerar recurrir a la sedación consciente.
Postoperatorio de una frenectomía
Como ya hemos avanzado, el postoperatorio de una frenectomía es generalmente sencillo. Aún así, es importante seguir las instrucciones del cirujano para que la recuperación transcurra sin complicaciones.
Las principales recomendaciones durante el postoperatorio de una frenectomía son las siguientes:
- Manejo del dolor: en el caso de que existan dolores o molestias se puede tomar la medicación analgésica recetada por el profesional, siguiendo cuidadosamente sus instrucciones.
- Control de la inflamación: adicionalmente, se pueden colocar compresas frías en el área afectada para reducir la hinchazón y el dolor.
- Dieta blanda: para favorecer la recuperación también resulta beneficioso comer alimentos blandos, así como evitar todo tipo de comidas picantes o ácidas, ya que pueden irritar la zona. Adicionalmente, hay que evitar beber con pajitas, ya que el movimiento de succión puede afectar negativamente a la cicatrización.
- Actividades físicas intensas: durante los primeros días, se deben evitar las actividades físicas intensas y los deportes de contacto.
- Contacto con la lengua o los dedos: dado que la frenectomía suele realizarse en niños de corta edad, es crucial vigilar el contacto con la lengua o los dedos, ya que esto puede interferir negativamente en el proceso de curación.
- Higiene oral: durante el postoperatorio de una frenectomía el cepillado dental se vuelve más importante, si cabe. Esto se debe a que la herida, si la boca no se limpia adecuadamente, puede infectarse, lo que complicaría el proceso de recuperación. Eso sí, se debe ser cuidadoso alrededor de la zona intervenida.
- Seguimiento profesional: por último, y para que el postoperatorio transcurra según lo previsto, es imprescindible acudir a todas las citas de revisión pautadas por el cirujano. De esa manera, el profesional podrá comprobar si la zona está sanando correctamente.
Dicho todo lo anterior, es importante recordar que estas son recomendaciones de carácter general. Por ello, cada paciente deberá recibir instrucciones específicas según su caso.
En el supuesto de que desees conocer más información sobre la frenectomía, puedes llamar a nuestras clínicas dentales infantiles. Los odontopediatras te recibirán en una primera consulta gratuita y despejarán todas las preguntas que tengas.